jueves, 13 de diciembre de 2012

Man On The Moon

Cuaderno de bitácora: Aquellos polizones que descubrimos han sido ajusticiados. Sin embargo, no encontrábamos código o ley a la que acudir. A falta de castigo legislado, los abandonamos a su suerte en un bote de remos con alimentos y ron. El ancho mar será quien dé la sentencia. Justicia natural.

La entrada de hoy se la dedico a un solo hombre. Un hombre que se ha ganado este “honor” al descubrir su verdadera cara. Al afrontar quien de verdad es, y dejar atrás tantos años de sufrimiento en silencio, fingiendo ser otra persona. Un hombre que nos ha sorprendido a todos. Sin duda, un hombre especial: Alberto Ruíz Gallardón. Pido disculpas de antemano por la extensión de la entrada, pero es que este hombre no merece menos.

Foto de Alberto Di Lolli
La historia de un alcalde de Madrid que anhelaba un futuro mejor. Un futuro mejor para él, por supuesto. El hombre “cercano a la izquierda” que decían. El del tira y afloja con Espe. Con esas gafillas cubiertas por un cielo de cejas y esa cara de perrete. Gente del bando contrario destacó a Alberto como uno de las buenas elecciones de Rajoy. Pero hay que ver cómo le ha sentado la primera fila política.

También es verdad que esto nos pasa por olvidar. Por olvidar las palabras de su padre. Gallardón padre decía en una entrevista “tenías que conocer a mi hijo Alberto. Ese sí que es de derechas”. Pero el tiempo pasa y las palabras vuelan. Y ahora es el momento de Alberto.

Alberto Ruíz Gallardón. Hasta su nombre es potente. Alberto Ruíz Gallardón, el Indestructible. Coño, suena a rey del pasado. En su etapa en la alcaldía, era conocido como “el Faraón” por sus obras y proyectos de proporciones épicas. Pero ahora que se ha quitado el maquillaje, yo no puedo evitar imaginármelo como un rey. Un rey absolutista. Y no, no del absolutismo ilustrado. Un rey con un par. En la intimidad me gusta llamarle “El Iluminado”. Y es que es precisamente eso. Realmente creo que no es consciente de lo que hace. Se le ha aparecido alguna divinidad. Ha visto la luz y está cegado por ella.

“El Iluminado” es, como ya sabéis, Ministro de Justicia. Ni más, ni menos. El gran responsable de cuidar a “la de la balanza y la venda en los ojos”. Y en su primer año ha conseguido algo digno de mención. Por primera vez en lustros, ha conseguido que todo el mundo judicial esté de acuerdo en algo. En que hay que echarle. Todos. Jueces, fiscales, abogados, procuradores. Hasta algún procesado se une a la causa.

No quiero decir que su labor sea sencilla. Justicia es una cartera difícil. Y ya venía tocada, más bien herida, desde hacía tiempo. Los distintos gobiernos ya la habían marginado en multitud de ocasiones. O la habían usado como recurso para legislar, cuando había otras opciones. Eso del principio de ultima ratio -último recurso para la protección de los bienes jurídicos- del Derecho Penal nos traía al pairo en este país desde hace años.

Pero Gallardón se ha armado de valor. Ha visto herida la Justicia y ha decidido sacrificarla, para que no sufra. Qué considerado. Se la está cargando. Paso a paso, decreto a decreto. Las tasas van a conseguir una Justicia “Pública” solamente para ricos. El traspaso de competencias del Registro Civil a notarios lleva al mismo resultado. A los notarios, además, quiere darles competencia para divorciar y separar, creando así una Justicia de doble velocidad. Si puedes pagarte el notario, adelante, vuele con nosotros en primera clase. Si no puedes, pues al juzgado oye, como toda la vida, que tiempo nos sobra.

Ojo, que “El Iluminado” tiene las ideas claras. No vayamos a cometer el error de pensar lo contrario. Él no sabe bien lo que hace, pero está convencido de que debe hacerlo. Y cuán difícil es quitar una idea de la cabeza, a aquel que tiene fe en ella. Si le presentáramos el problema del hijo de dos madres, como al Rey Salomón, Alberto dictaría la misma solución. “Cortar al niño en dos”. Pero él lo diría en serio. Sin trucos, ni artimañas. De hecho, cogería la espada y asestaría el golpe él mismo, convencido de su “gran solución” al problema.

Estamos ante el Ministro de Injusticia. Y el problema es que está rodeado de Ministros de Desempleo, Analfabetismo, Insanidad...Y claro pues se le hace sombra, porque aquí poca gente confiaba en nuestro sistema judicial. Y amigos, estamos permitiendo que se lo cargue. En fin, lo mejor será que ahorremos, porque buena falta nos va a hacer.

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